Discriminación de la Mujer en la ciencia y tecnología
La discriminación de la mujer en la ciencia y tecnología es un problema global que ha existido a lo largo de la historia, especialmente por los estereotipos existentes asignando a la mujer los roles de esposa, madre, cuidadora o que no tenían capacidad intelectual.
A pesar de los avances realizados en materia
de igualdad de género, las mujeres continúan actualmente enfrentándose a barreras y
obstáculos significativos en estos campos.
En el año
1971, en EEUU se fundó la Association for Women in Science, y en la década de
los 80 comenzaron diversas iniciativas en la Comunidad Europea, principalmente
en los países nórdicos y Gran Bretaña para trabajar sobre este tema. Estas iniciativas
culminaron con la formación del Grupo Helsinki, cuya función principal
era examinar la situación de las mujeres científicas en 30 países europeos y
cuyos resultados se publicaron en el año 2000, en el informe ETAN
(Eurpean Technology Assessment Network on Women and Sciencie).
Entre los
resultados del informe se hizo patente lo que se ha llamado “efecto
tijera” en la evolución de las escalas científicas y que se
presenta claramente en todos los países analizados. Según este efecto, aunque
el número de mujeres que comienzan y terminan estudios superiores es mayor al
de hombres, la relación se invierte al llegar a los puestos de investigadores y
profesores, de forma que se va acentuando esa diferencia según se asciende en
la escala investigadora.
Algunas
manifestaciones de la discriminación “directa” que sufren las mujeres en
la ciencia y tecnología son las siguientes:
- Subrepresentación femenina en puestos de investigación, liderazgo y toma de decisiones. Por ejemplo, solo el 12% de los miembros de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos son mujeres (National Academy of Sciences, National Academy of Engineering, y Institute of Medicine, 2006).
- Sesgo de género en procesos tales como la contratación, promoción y financiación de proyectos de investigación. Un estudio reciente encontró que las solicitudes de financiación presentadas por hombres tenían casi tres veces más probabilidades de éxito que aquellas presentadas por mujeres, incluso después de controlar factores tales como la calificación y la experiencia (Moss-Racusin et al., 2012).
- Brecha salarial, menores salarios y recursos que sus compañeros masculinos, lo que limita su capacidad de realizar investigaciones innovadoras y de alto impacto (Ceci, Williams, & Barnett, 2014).
- El acoso sexual y el hostigamiento también son problemas graves en la ciencia y tecnología. Un estudio realizado en Europa encontró que el 43% de las mujeres científicas habían experimentado alguna forma de acoso en el lugar de trabajo (European Commission, 2019). Este tipo de comportamientos no solo afecta negativamente la salud mental y física de las víctimas, sino que también pueden desalentarlas de continuar una carrera en la ciencia y tecnología.
- Falta de referentes femeninos. El mayor estudio sobre presencia de mujeres en los materiales educativos, elaborado por Ana López-Navajas, revela que actualmente hay una media de 7,5% apariciones de mujeres en todas las asignaturas de la educación obligatoria. El no tener químicas, físicas, informáticas o tecnólogas en las que inspirarse y con las que identificarse hace que muchas niñas no se visualicen a sí mismas en esos roles y que no proyecten su futuro ligado al ámbito científico.
Afortunadamente,
hay varias iniciativas y estrategias encaminadas a abordar la discriminación
contra las mujeres en la ciencia y tecnología. Una de ellas es el programa "Hidden
No More" de la National Academy of Sciences, que busca aumentar la
visibilidad de las mujeres científicas y brindarles apoyo y mentoría (National
Academy of Sciences, National Academy of Engineering, y Institute of Medicine,
2006) y la Fundación L'Oréal-UNESCO For Women in Science, que
otorga premios y becas a científicas excepcionales de todo el mundo.
En conclusión,
la discriminación contra las mujeres en la ciencia y tecnología sigue siendo un
problema grave y persistente que requiere atención urgente. Es fundamental
abordar las causas profundas de esta disparidad, como los estereotipos de
género, el sesgo implícito y la falta de representación femenina en los puestos
de liderazgo. Mediante la adopción de políticas y prácticas inclusivas y
equitativas, podemos crear entornos propicios para la participación y el éxito
de las mujeres en la ciencia y tecnología, y aprovechar plenamente su potencial
intelectual y creativo.
Otras medidas
más concretas para abordar esta discriminación consistirían en acciones que
incluyan:
- Promover la diversidad e inclusión: Las organizaciones pueden implementar programas de diversidad e inclusión para garantizar que las mujeres tengan igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo, eliminar el sesgo de género, crear entornos respetuosos y reducir la brecha salarial
- Fomentar modelos a seguir: Promover la visibilidad de mujeres exitosas en la ciencia y la tecnología como modelos a seguir para otras mujeres.
- Facilitar la equidad educativa en STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) desde los niveles iniciales educativos donde niñas y niños se acerquen en igualdad de condiciones y con igual reconocimiento, crear campañas de educación dirigidas a la sociedad para cambiar estereotipos relacionados con la participación en la ciencia, e incluir en los libros de texto más referencias al trabajo de las científicas.
BIBLIOGRAFIA
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